los contaminantes visuales nos impiden disfrutar de la belleza escénica natural que nos rodea.
Cual plaga bíblica, la publicidad exterior cubre la faz de nuestra tierra y devora sus frutos.
El impacto de la publicidad exterior va mucho mas allá de reducir nuestra calidad de vida por la contaminación visual que produce.
Cada uno de nosotros, como ciudadano, como consumidor, como vecino y como elector estamos llamados a actuar.